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Arquitectos: Di Frenna Arquitectos
- Área: 828 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Lorena Darquea
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el ser humano reside una necesidad inherente de encontrar armonía con el entorno que le rodea. En la constante búsqueda de un equilibrio entre la vida interior y exterior, nace este proyecto arquitectónico que no solo satisface las necesidades funcionales de sus habitantes, sino que también establece un diálogo profundo con la naturaleza y la filosofía del espacio.
Ubicada en la ciudad de Colima, la residencia se erige en un terreno privilegiado que ofrece vistas impresionantes del icónico Volcán de Colima al norte y de la ciudad al sur. Esta residencia unifamiliar, aprovecha al máximo su emplazamiento específico al pie de un campo de golf, permitiendo que las vistas principales se orienten hacia amplias áreas verdes y, en algunos puntos, hacia el majestuoso volcán.
El clima en esta área, notablemente más fresco que el resto de la ciudad gracias a su altitud y la abundancia de suelos verdes, proporciona un escenario ideal para una vivienda que busca conectar profundamente con su entorno. La ubicación de esta casa no solo ofrece una temperatura más agradable, sino también visuales de áreas abiertas y una vegetación exuberante que enmarca la vida cotidiana de sus habitantes.
El concepto general de la residencia combina una volumetría clara, logrando un equilibrio entre la simplicidad y la imponencia. La materialidad de la casa, con el uso de madera, concreto y piedra, refleja un carácter natural y acogedor, integrándose de manera armónica con el paisaje circundante. Esta elección de materiales no solo aporta calidez y naturalidad, sino que también refuerza la sostenibilidad del proyecto, aprovechando recursos locales tanto en mano de obra como en materiales.
La sostenibilidad en el diseño se manifiesta en una simbiosis perfecta con el entorno, donde la naturaleza se convierte en un aliado en lugar de un desafío. La ventilación natural y la altura de los espacios interiores permiten que la casa respire con el ritmo del día, reduciendo la dependencia de sistemas artificiales y abrazando la serenidad del clima local. Los amplios ventanales no solo amplían el horizonte visual, sino que también invitan a la luz natural a narrar su historia a través de cada rincón, creando una danza de sombras y brillos que evoluciona con el paso del tiempo.
El programa arquitectónico de la vivienda es una composición armoniosa de espacios diseñados para la contemplación y la convivencia. Cada habitación se convierte en un santuario de tranquilidad, donde los materiales naturales y la iluminación precisa crean una atmósfera que invita a la introspección. Las áreas comunes, que se extienden hacia el exterior, fomentan la conexión humana y el disfrute del entorno, mientras que los espacios privados ofrecen refugio y sosiego. En este hogar, cada detalle ha sido pensado para enriquecer la experiencia de habitar, transformando lo cotidiano en un acto de meditación y reconexión con la esencia de la vida.
La iluminación, tanto natural como artificial, se ha diseñado con intenciones específicas. Aperturas cenitales y entradas precisas de luz solar destacan zonas específicas del hogar, evitando el asoleamiento directo pero acentuando superficies naturales como muros de piedra y concreto aparente. Este enfoque no solo cumple con una función práctica, sino que también añade un valor estético y emocional al espacio, creando atmósferas que cambian con el paso del día.
La casa fue pensada para satisfacer el deseo de los clientes de mantener una clara separación entre la vida interior y exterior de la casa, mientras se maximiza el contacto con el entorno natural. Por ello, se optó por una imponente doble altura en el área de convivencia diaria que ofrece una vista continua hacia el campo abierto y los árboles del jardín.
Este proyecto es un poema construido, un canto silente a la unión del ser humano con su entorno. Cada rincón, cada material, cada haz de luz está meticulosamente orquestado para suscitar una conexión profunda y contemplativa, donde el murmullo de la naturaleza y la quietud del hogar se entrelazan en una sinfonía de armonía y paz.
