

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en el corazón de Caojiadu, Distrito Jing'an, Shanghái, el 889 Plaza emprende un viaje transformador para redefinirse como un distintivo centro de arte/creatividad comunitario dentro del feroz panorama comercial de la ciudad. A mediados de 2024, la visita de la curadora Susan a la recién completada oficina de SpActrum en Shanghái dio lugar a una colaboración, culminando en la creación de 889GLO Art Space, una plataforma creativa de casi 1,000 metros cuadrados diseñada para activar intercambios artísticos comunitarios, integrar exhibiciones escenográficas y fomentar diversas interacciones sociales. Este proyecto amplía la investigación continua de SpActrum sobre las fuerzas invisibles de la construcción, expandiendo su indagación arquitectónica hacia los ámbitos del comercio y el consumo dentro del contexto del masivo desarrollo urbano de China.


El diseño toma como base conceptual las asombrosas estadísticas de consumo: En 2025, China consumirá 1.283 mil millones de toneladas de mineral de hierro, 17 millones de barriles de petróleo por día, casi 2 mil millones de toneladas de cemento, junto con cifras de 2023 de 5.72 mil millones de toneladas de consumo de carbón, 590.65 mil millones de metros cúbicos de uso de agua y aproximadamente 33 millones de camiones civiles en operación. Estos números revelan no solo impactos ecológicos, sino modos de vida enteros, organizaciones sociales y sistemas tecnológicos que permanecen en gran medida invisibles. "Paisaje de consumo" surge como un manifiesto arquitectónico, que reúne una biblioteca material a partir de estas estructuras de soporte ocultas de la sociedad de consumo para desafiar la ceguera colectiva y despertar la percepción consciente.



El diseño espacial transforma las herramientas de construcción en elementos arquitectónicos: largas mesas elaboradas a partir de placas de soporte para suelos hechas en fábrica, pallets GMT fabricados a partir de sistemas de encofrado rápido de hormigón. La logística moderna es un apoyo esencial para el consumo diario. Los materiales para la logística se convierten en acabados interiores: contenedores líquidos y cestas de transporte mineral reutilizadas como bases de muebles. Las rejillas de ventilación de las fábricas se convierten en lámparas colgantes, las lonas de los camiones se transforman en cortinas divisorias de espacios y las membranas de plástico ignífugo cubren las paredes de un naranja reglamentario, no como elección estética sino como prueba documental de realidades materiales. Esta estrategia cromática revela cómo los requisitos técnicos moldean inconscientemente nuestro entorno visual.



Concebido como un espacio cultural híbrido que combina biblioteca, escaparate de estilo de vida y plataforma artística, el diseño de 889GLO preserva las capas históricas del edificio mientras crea nuevas conexiones fluidas. La eliminación de los tabiques de los anteriores inquilinos abrió vistas panorámicas de la ciudad a lo largo de las fachadas sur y oeste, mientras que el pasillo ligeramente elevado que unía las antiguas salas pequeñas se conservó intencionadamente. El techo mantiene su registro arqueológico de diferentes ocupantes a través de capas residuales de pintura sobre el hormigón visto. La secuencia espacial se desarrolla como una narración continua: desde la cafetería que se funde con terrazas llenas de plantas, pasando por zonas de galería flanqueadas por membranas ignífugas naranjas, espacios de trabajo florales con mesas de jardinería reutilizadas, hasta la sala de conferencias con cortinas amarillas, para llegar finalmente al monumental espacio de la biblioteca definido por altísimas estanterías. En todo momento, los límites se disuelven en favor de la permeabilidad espacial.


889GLO continúa la exploración de SpActrum sobre metodologías de creación de formas, estableciendo lo que ellos denominan "hipervínculos" entre problemas sociales y escenarios prácticos a través de transformaciones materiales. Este enfoque invierte los procesos de diseño convencionales: comenzando con la selección de materiales basada en valores, progresando a través de la reinterpretación física y estética, y culminando en nuevas configuraciones formales que mantienen múltiples posibilidades interpretativas. Los arquitectos describen esto como la creación de "una ambigüedad deliberada entre los materiales y sus contextos de uso", una estrategia que desafía los flujos de trabajo de diseño comercial estandarizados.



Al hacer visibles los paisajes ocultos de la construcción y el consumo, el proyecto postula la revelación arquitectónica como el primer paso hacia el compromiso y el cambio social. El espacio intencionalmente indefinido prioriza la fluidez y la transparencia, evocando lo que SpActrum llama "la alegría indiferenciada de la infancia", un estado anterior a los límites profesionales y categorizaciones de comportamiento. La práctica sostiene que un buen diseño no debería simplemente resolver problemas, sino plantear preguntas. A través de encuentros compartidos con estos objetos industriales reconstituidos, cada uno provocando indagaciones sobre orígenes, propósitos y conexiones con nuestras vidas, el espacio se convierte en lo que podría llamarse una "provocación arquitectónica". Si bien no pretende provocar un cambio directo, 889GLO sugiere que tal curiosidad despertada representa el comienzo de la conciencia social, utilizando el diseño espacial para replantear nuestra comprensión del mundo material que nos sustenta.
